Cada 7 de Septiembre, los habitantes de mi pueblo se reunen en el paraje ''La Pililla'', una explanada muy amplia donde se situa la ermita de la Virgen de la Fuensanta. El motivo de reunirse alli, aparte de venerar a la Virgen, se escoge ese lugar porque la tradición dice que fue allí donde se apareció la virgen. Allí se comparte un día de recuerdos, de familia y de conversaciones.
Las actividades que se realiza en este día estan ligadas al ámbito religioso, así podemos decir que la tradición marca repartir la caridad, una especie de tortas hechas en panificadoras, con cañamones y anisillos.
Al ser una peregrinación a la ermita, no hay decoración en el espacio pero si en el cuerpo. Para ir a misa, la gente se viste con sus mejores trajes, es abundante el color negro entre las ropas y que las mujeres lleven mantilla negra. Este hecho es más habitual es personas mayores, ya que para los niños es un momento de fiesta, diversión, jugar y para nada algo religioso.
Respecto a los recursos grastronómicos, podemos encontrar en este día bastantes puestos de comida típica, como las peladillas, una especia de almendras blancas. También muy tipico es el alajú, como una torta de almendras y miel.
Y por estas fechas, para acompañar a la caridad, se reparten vasos de zurra, una bebida alcohólica parecida a la sangria.
La actividad en este día se basa en una procesión de la virgen, desde la Iglesia del pueblo, hasta la ermita de la Virgen de la Fuensanta, un recorrido a pie de unos 3 km, la virgen es llevaba a hombros por los jóvenes. Un camino que antes era de tierra y piedras pero que ahora es aslfalto. Algunas personas actualmente continuan la tradición de hacer el recorrido descalzos. Al llegar a la ermita y entrar a la Virgen se realiza una misa en su honor. Después es el reparto de la caridad y la zurra.
Al acabar la misa comienza el momento de los encuentros entre amigos y familias, de ponerse al dia hasta el años siguiente. Esta celebración actualmente atrae a gentes de los pueblos de alrededor y hasta de la capital.
El ritmo de la celebración es de un solo día. Por la mañana se hace la procesión hacia la ermita y por la tarde se vuelve al pueblo.
Es el propio pueblo quien se financia los gastos, tanto de la caridad como de la zurra. El que oficia la misa es el cura de la villa.
La estructura social que organiza la fiesta es el propio ayuntamiento de Huerta y como esta celebración entra dentro de las fiestas de Septiembre, la cuota esta incluida.
Y al volver de esta celebración, al fondo se ve el castillo y la fantástica iglesia, restos de un mundo medieval que quiere volver a resurgir en la historia del pueblo.